martes, 17 de abril de 2007

Imagen Divina. Pablo Berzal


Al pensamiento que en la mente humana trata de definir ese algo eterno e inmanente vamos a llamarlo “Imagen Divina”.

Si hay creación, si no hay una relación, una adición de obras, una mezcla de algo ya creado, quien crea es el observador a través de la mente en silencio. Creamos el sonido en el silencio, las formas en el espacio. El observador subyace en el contenido de la mente como la Consciencia generadora de la sustancia y de sus leyes. Observa la Imagen Divina y se reconoce en el espejo de la mente.

Sólo los grandes creadores o los místicos, participan de esa experiencia. Desde esa experiencia, su visión se amplía, se vuelve nítida, exacta, siendo capaces de reproducir lo visto con un discurso que trasgrede lo temporal o lo cultural, siendo capaces de llegar a receptores de otro tiempo y de otro lugar. El artista tiene una visión más penetrante del mundo que le rodea que el resto de los seres humanos, es alguien que investiga, que cuestiona la realidad, que trasgrede lo establecido, que ve donde nadie alcanza a ver, que experimenta lo que otros apenas perciben.

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